Lo que nunca podrá ser
"Tu… entiendes mi silencio
Sólo tú… conoces mis secretos
Sólo tú… comprendes cada gesto
Sólo tú…"
Apareces tú, la Oreja de وین Gogh
Me voy a morir. Arrastro mi cuerpo, adormecido por el dolor en los pasillos de este horrible hospital. La sangre brota de mi cuerpo mientras presiono la herida cerca de mi estómago, dándome fuerzas para seguir. Yo sé que no merezco lo que ocurrió, pero también sé que es completamente mi culpa. Dicen que cuando uno está agonizando, ve pasar su vida frente a sus ojos, que los mejores momentos son recordados. Eso me está ocurriendo a mí, pero no veo ningún recuerdo agradable. Sólo veo mi alterada y perturbada vida. Sólo veo el inicio, el comienzo de todo, el origen de lo que sucede ahora.
Yo crecí en la calle. Abandonada a mi suerte, rondé las calles de esta asquerosa ciudad, pero por lo menos no lo hice sola. Nick siempre estuvo conmigo. Él tenía cuatro años más que yo y siempre fue mi ángel guardián. "Pequeñita" solía llamarme todo el tiempo, y él era el único al que yo le permitía llamarme así. Siempre me sentí agradecida por tenerlo a mi lado, a tan corta edad, él siempre cuidó de mí. Hasta ahora inclusive.
Ambos estábamos en una esquina, un día de mucha lluvia cuando un auto se detuvo frente a nosotros y un hombre de contextura grande, con un tatuaje de símbolos extraños bajó y comenzó a charlar con nosotros amablemente. Ese día conocimos al "Jefe". Así le decíamos. Él nos dio una casa, comida y juguetes. "El Jefe" nos enseñó gran cantidad de cosas para sobrevivir. Nos enseñó a mentir, a robar, y a manejar un revolver, aunque nunca me permitió disparar uno, en realidad. Nick y yo creíamos que este hombre era la salvación, nuestra salida de pasar hambre en la calle. Pero no sabíamos cuán equivocados estábamos.
Aún recuerdo como nos usaba. Primero, sus palabras eran dulces. Me mandaba a mí, con mis vestiditos largos de princesa y me decía: "Entrégale esto al señor y te daré un dulce". Yo, convencida de que eso era normal para una niña de siete años, lo hacía. Entregué infinidad de paquetes de papel madera, pero no comprendía el mundo en el que estaba. A Nick le hacía cosas similares, y él, al ser mayor que yo, entendió lo que sucedía mucho antes que yo. Pero en la infancia, ambos creíamos que ese mundo era normal, era común, pero no sabíamos la verdad.
El problema fue cuando crecimos. Me volví más bonita y Nick se volvió más fuerte, lo que significaba más ganancia para "El Jefe". Observé como se encargó de que Nick se fuera convirtiendo en una máquina violenta, que podía hacer temblar al más valiente. Después de enseñarle como golpear a alguien, le enseñó a torturar. Siempre supe que Nick era el muchacho más amable, más atento y sensible que yo conocía. Pero también sabía que sólo lo era conmigo. Si "El Jefe" lo mandaba, Nick era capaz de muchísimas cosas al realizar su tarea.
Mi tarea, en cambio, fue muy distinta. "El Jefe" ya no me permitía usar vestidos largos y ya no me ofrecía golosinas. "Sonríele al señor y no recibirás tu merecido", me decía mientras me ocasionaba dolor, en general apretando mi cuello con una de sus manos. Yo aceptaba y siempre llegaba el momento en el que cerraba los ojos y me escapaba hacia otro mundo, hasta que volvía a la realidad, tendida en el borde de una cama, en un hotel desconocido. Luego sólo tomaba el dinero y me iba. Nick siempre me esperaba afuera. Según las palabras de "El Jefe" era para que "No vaya a ser que a la mercancía se le ocurra correr". Eso era yo para él, una escoria. Nick conducía el auto y me miraba llorar. Me llevaba entonces él a su propio cuarto, me tendía la cama y me dejaba acurrucarme con él. Yo sentía su mano acariciar mi cabello hasta que mis párpados caían y yo dormía. Sólo en esas noches yo podía dormir tranquila, sabía que Nick no me lastimaría. Y así era nuestra vida, Nick a sus diecisiete años, golpeaba a los que no pagaban las deudas de "El Jefe" y yo "distraía" a los clientes. Sin embargo, eso sucedía cuando los trabajos salían bien.
Si arruinábamos un trabajo, los hombres de "El Jefe", nos golpeaban y nos mandaban al sótano. El sótano era un lugar inmundo, frío y oscuro. Y nos dejaba allí el tiempo que él quería. Todas las veces que estuve en el sótano fue por la misma razón. Había perdido algún cliente por defenderme, o por hacer que Nick me defendiera. En cuanto los hombres de "El Jefe" nos dejaban allí, yo cerraba los ojos y me olvidaba el lugar en dónde estaba. Con la vida que he tenido, he aprendido a simplemente olvidar. Pero hubo una vez que no pude olvidar.
Llevaba más de un día sin comer, "El Jefe" me había golpeado en la mañana y me encerró junto a Nick en la noche. Yo no podía parar de llorar. Mi vestido era tan ajustado, que mi respiración era entrecortada, y era tan corto, que sentía el frío de ese lugar hasta en mis huesos. Quería morir. Y Nick se dio cuenta:-Pequeñita, estás temblando.- me dijo, quitándose su chaqueta y situándola sobre mis hombros, mientras se acercaba para rodearme con sus brazos. Su tacto era lo más dulce que había sentido hace días, de hecho lo único dulce que había sentido en mi vida era gracias a él. -Nos han encerrado aquí centenares de veces y nunca has llorado. Sé que no le darías ese placer a "El Jefe". ¿Qué te sucede?
Él me conocía como a la palma de su mano:-Es que... mi vida es una basura. Míranos. Mira lo que somos. Soy una maldita prostituta y tú, quieras o no, eres un matón ¿Acaso estás bien con cada cosa que "El Jefe" te manda a hacer? ¿Estás contento con lo que eres?- una vez que dejé salir toda mi ira, algo que había querido decir hace mucho tiempo antes, vi como Nick bajó su mirada y la clavaba en sus palmas.
-Es que... گھاس, ہے algo que tú no sabes.
-¿Qué?- le pregunté sabiendo que mis palabras lo habían herido más de lo que yo pensaba.
-La razón por la cual no he mandado a "El Jefe" al demonio todavía.- que Nick no me mirara comenzaba a asustarme.
-¿Cuál es?- me atreví a preguntar. Él subió sus ojos y los clavó, ahora, en los míos. Su mirada era una nunca había visto en él. Pude divisar la tristeza pero había otra cosa que no pude reconocer.
-Tú eres mi razón para seguir viviendo cada día.- abrí la boca ante su confesión, pero no salió ningún sonido. Él siguió hablando:-Aunque yo sea fuerte, no puedo contra "El Jefe". Él tiene muchos más de su lado. Cada vez que debo realizar un trabajo, él me amenaza. Me amenaza con matarte. Y... pequeñita- Nick sujetó mis muñecas -No podría vivir conmigo mismo si algo te pasara por mi culpa.
Nick al fin hizo silencio. Un silencio en el que pude notar que lágrimas se habían formado en las esquinas de mis ojos.-Yo... no lo sabía.- fue todo lo que pude decir, con mi voz quebrada por la empatía. Él solo sonrió tristemente.
-No tenías que saberlo, pequeñita. Pero siempre estuve protegiéndote.- Y en ese instante, sucedió lo que no me permitió olvidar este momento. Nick se inclinó hacia adelante y rozando mi mejilla con su nariz, se acercó a mi oído y me susurró:-Yo te amo.- y se quedó inmóvil allí. Su calor invadía todo mi cuerpo y sentí el impulso de acercarlo más a mí, de abrazarlo y no permitir que nunca se fuera. Y fue así como yo lo tomé del rostro y le obligué a verme a los ojos:
-Yo también te amo, Nick- le dije con total seguridad. Nick había sido el único hombre en toda mi vida, que nunca me había lastimado. Y así, fue que lo besé. Fue el único beso en en cuál no desee haber estado en otro lado. Yo sólo quería estar ahí, con él. Lentamente, lo sujeté por el cuello de su camisa y quise, situar mi peso sobre él. Pero él me detuvo. Separó sus labios de los míos y aun sujetándome por las muñecas me dijo:
-No.
Yo lo observé, honestamente frustrada, pues no entendía lo que sucedía:-¿Cómo qué no? Nick... acabas decir que me amas y yo te amo a ti. No lo entiendo.- dije, sin notar que había bajado mi mirada. Él hizo que lo viera, subiendo mi rostro con suavidad.
-No puedo hacerte esto. No puedo tomarte en este asqueroso sótano. Eres mi pequeñita. Si va a pasar contigo, tiene que ser especial, así entenderás lo especial que en realidad eres.- y así, yo asentí sabiendo que él tenía razón.
-¿Qué hacemos ahora?- le pregunté.
-Te prometo que saldremos de esto. Buscaré la manera de escapar, así estaremos juntos. Los dos.- el brillo que sus ojos desprendían entonces, me robaron una sonrisa y esa noche, pude acurrucarme con él, fuera de sentir frío porque Nick me estaba protegiendo.
No supe exactamente qué estaba planeando para huir hasta una semana después. Una noche, después de la "distracción", Nick me vino a buscar como siempre y nos fuimos en el auto. Noté que no había tomado el mismo camino de siempre. Le pregunté adónde me llevaba y me dijo que había conseguido el dinero y que ahora estábamos marchando hacia otro país. Que sólo estábamos a un viaje de tren para completamente escapar de ese mundo horrible. Sonreí como nunca antes lo había hecho. O después. Fue una pena la existencia de los semáforos.
En el primer semáforo, fuimos detenidos por un gran grupo de hombres. En seguida, reconocí a uno de esos como los gorilas que rodeaban siempre a "El Jefe". Salió todo mal entonces. Nos sujetaron a ambos y "El Jefe" salió de un auto que estaba estacionado en el borde de la banquina. Era muy oscuro, no había nadie más que nosotros.
-Así que ustedes dos, pensaron que eran más inteligentes que yo- dijo "El Jefe" con un tono arrogante.-Pues gran error, porque parece que los encontré con las manos en la masa. ¿Qué haré contigo, preciosa?- me dijo a mí, acariciándome la mejilla, aprovechando que sus gorilas me tenían sujeta.
-¡No la toques!- gritó Nick, estaba en frente de mí, también sujeto.
-No seas estúpido. Ella aún es bonita. Me sirve. Pero tú- "El Jefe" se dio la vuelta para enfrentar a Nick -Ya no me sirves de nada. Me llevaré a la dama.- dijo, mientras hacía una seña para que me llevaran al auto de él -Y hombres- agregó dirigiéndose a los gorilas. -Hagan lo suyo.
-¡No lo hagas! ¡Maldito!- comencé a forcejear mientras escuchaba como Nick estaba siendo golpeado. Me metieron en el asiento trasero del auto y "El Jefe" no permitió que los gorilas entraran. Puso en marcha el auto y se alejó de ahí. Nunca olvidaré la expresión de Nick, siendo apartado de mí bajo esa horda de golpes. Tampoco olvidaré de la sensación de que mi corazón se estaba rompiendo en pedazos dentro de mi pecho. No. گھاس, ہے muchas cosas que no olvidaré jamás.
Cuando me cansé de gritar por Nick, horas ya habían pasado, llegamos a un hotel de cuarta. Él me llevó esposada, a una habitación y me arrojó en la cama.
-Ahora, niña. Haré algo para que no vuelvas a intentar escapar.- me dijo con un tono sombrío y pervertido.
-Haz lo que quieras, no me importa. Te odio y te odiaré siempre.- "El Jefe" me miró, enojado por mi rechazo hacia él.
-Ten cuidado con lo que dices, "pequeñita"- me dijo, burlonamente.
-¡No me llames así! ¡Sólo Nick me لاما así!- "El Jefe" se rió y su celular empezó a sonar. Lo atendió y no dijo nada, sólo escuchó. Lo observé colgar y buscar el control de la televisión, diciendo:
-¿Quieres ver las noticias?- y encendió la televisión. Sintonizó el canal de las noticias y observé horrorizada el titular "Joven golpeado fue encontrado hace unas horas." La relatora decía:
-Un muchacho, creemos que se llamaba Nick Terrance, por su identificación, fue encontrado golpeado e inconsciente en la banquina de la carretera principal. Fue llevado al hospital general municipal en grave estado y se desconoce la razón de...- "El Jefe" apagó el televisor.
-¿Ves lo que sucede cuando no me obedecen? Ahora, te quitaré las esposas y tú no lucharás.- yo estaba destruida, ni siquiera escuchaba las palabras que estaba diciendo. Lo último que vi, fueron sus asquerosas manos sobre mi cuerpo y luego todo fue oscuridad. Me había escapado a otro mundo otra vez. Cuando volví a la realidad, seguía siendo de noche, aunque no puedo asegurar que era la misma noche. En medio de la oscuridad, noté que "El Jefe" estaba en el baño, ya que la luz se filtraba por las hendijas de la desgastada puerta. Mi mente sólo se concentraba en una cosa. Nick. Tenía que ir a verlo.
Con el mayor cuidado, tomé las llaves del auto que estaban sobre la cajonera al lado de la cama y me senté en la misma. Revisé el cajón buscando algo que me ayudara y lo encontré. Había un revolver allí. Lo tomé también y me dirigí a la puerta. Intenté salir sin ser descubierta, pero escuché un fuerte ruido y sentí un dolor agudo en la parte baja de mi espalda. Cuando caí al suelo y vi mi sangre brotar, me di cuenta de que me habían disparado. Era la primera vez que recibía un disparo. "El Jefe" estaba parado en la puerta del baño, con otra arma en sus manos.
No puedo explicar exactamente lo que sucedió, pero en menos de un segundo, me aferré con todas mis fuerzas al revolver que yo había tomado y lo próximo que supe fue que "El Jefe" caía al suelo con un hoyo en la cabeza, muerto. Era primera vez que yo le disparaba a alguien. Corrí adolorida hacia el coche, desesperada y envuelta en un mar de lágrimas. El resto es simple deducción.
Ahora mismo, siento que mis pies son de plomo e intento ocultar a toda costa mi dolor. Casi llego a su habitación. Entro sin que nadie me vea. Observo su figura inmóvil, conectado a todos esos cables. Paso mi mano ensangrentada por su sábana blanca, sentirlo bajo mis dedos es simplemente glorioso en este estado. Observo los moretones en su hermoso rostro. Recuerdo que lo había visto bien hacia sólo un día. Probablemente, hace unas horas. Sé que me estoy muriendo pero no me importa. Me subo en la camilla y me acurruco junto a él, justo como todas aquellas noches en las que él me protegió. Deseo tanto que él se cure y que sea feliz. Ya no گھاس, ہے esperanza para mí, sólo la گھاس, ہے para él. Toda la esperanza que tengo la deposito en él. Siento su respiración débil y el calor de su cuerpo junto al mío. Lloro como nunca antes. Él se está despertando, pero yo estoy casi del otro lado, imaginando la vida que podríamos haber tenido. Una mucho mejor que esta. "¿Pequeñita?" oigo su voz, deshaciéndose en el aire. Él estará bien. Yo seguiré acurrucada a su lado, sumergiéndome en el fantasma de lo que nunca podrá ser.
Fin…
"Tu… entiendes mi silencio
Sólo tú… conoces mis secretos
Sólo tú… comprendes cada gesto
Sólo tú…"
Apareces tú, la Oreja de وین Gogh
Me voy a morir. Arrastro mi cuerpo, adormecido por el dolor en los pasillos de este horrible hospital. La sangre brota de mi cuerpo mientras presiono la herida cerca de mi estómago, dándome fuerzas para seguir. Yo sé que no merezco lo que ocurrió, pero también sé que es completamente mi culpa. Dicen que cuando uno está agonizando, ve pasar su vida frente a sus ojos, que los mejores momentos son recordados. Eso me está ocurriendo a mí, pero no veo ningún recuerdo agradable. Sólo veo mi alterada y perturbada vida. Sólo veo el inicio, el comienzo de todo, el origen de lo que sucede ahora.
Yo crecí en la calle. Abandonada a mi suerte, rondé las calles de esta asquerosa ciudad, pero por lo menos no lo hice sola. Nick siempre estuvo conmigo. Él tenía cuatro años más que yo y siempre fue mi ángel guardián. "Pequeñita" solía llamarme todo el tiempo, y él era el único al que yo le permitía llamarme así. Siempre me sentí agradecida por tenerlo a mi lado, a tan corta edad, él siempre cuidó de mí. Hasta ahora inclusive.
Ambos estábamos en una esquina, un día de mucha lluvia cuando un auto se detuvo frente a nosotros y un hombre de contextura grande, con un tatuaje de símbolos extraños bajó y comenzó a charlar con nosotros amablemente. Ese día conocimos al "Jefe". Así le decíamos. Él nos dio una casa, comida y juguetes. "El Jefe" nos enseñó gran cantidad de cosas para sobrevivir. Nos enseñó a mentir, a robar, y a manejar un revolver, aunque nunca me permitió disparar uno, en realidad. Nick y yo creíamos que este hombre era la salvación, nuestra salida de pasar hambre en la calle. Pero no sabíamos cuán equivocados estábamos.
Aún recuerdo como nos usaba. Primero, sus palabras eran dulces. Me mandaba a mí, con mis vestiditos largos de princesa y me decía: "Entrégale esto al señor y te daré un dulce". Yo, convencida de que eso era normal para una niña de siete años, lo hacía. Entregué infinidad de paquetes de papel madera, pero no comprendía el mundo en el que estaba. A Nick le hacía cosas similares, y él, al ser mayor que yo, entendió lo que sucedía mucho antes que yo. Pero en la infancia, ambos creíamos que ese mundo era normal, era común, pero no sabíamos la verdad.
El problema fue cuando crecimos. Me volví más bonita y Nick se volvió más fuerte, lo que significaba más ganancia para "El Jefe". Observé como se encargó de que Nick se fuera convirtiendo en una máquina violenta, que podía hacer temblar al más valiente. Después de enseñarle como golpear a alguien, le enseñó a torturar. Siempre supe que Nick era el muchacho más amable, más atento y sensible que yo conocía. Pero también sabía que sólo lo era conmigo. Si "El Jefe" lo mandaba, Nick era capaz de muchísimas cosas al realizar su tarea.
Mi tarea, en cambio, fue muy distinta. "El Jefe" ya no me permitía usar vestidos largos y ya no me ofrecía golosinas. "Sonríele al señor y no recibirás tu merecido", me decía mientras me ocasionaba dolor, en general apretando mi cuello con una de sus manos. Yo aceptaba y siempre llegaba el momento en el que cerraba los ojos y me escapaba hacia otro mundo, hasta que volvía a la realidad, tendida en el borde de una cama, en un hotel desconocido. Luego sólo tomaba el dinero y me iba. Nick siempre me esperaba afuera. Según las palabras de "El Jefe" era para que "No vaya a ser que a la mercancía se le ocurra correr". Eso era yo para él, una escoria. Nick conducía el auto y me miraba llorar. Me llevaba entonces él a su propio cuarto, me tendía la cama y me dejaba acurrucarme con él. Yo sentía su mano acariciar mi cabello hasta que mis párpados caían y yo dormía. Sólo en esas noches yo podía dormir tranquila, sabía que Nick no me lastimaría. Y así era nuestra vida, Nick a sus diecisiete años, golpeaba a los que no pagaban las deudas de "El Jefe" y yo "distraía" a los clientes. Sin embargo, eso sucedía cuando los trabajos salían bien.
Si arruinábamos un trabajo, los hombres de "El Jefe", nos golpeaban y nos mandaban al sótano. El sótano era un lugar inmundo, frío y oscuro. Y nos dejaba allí el tiempo que él quería. Todas las veces que estuve en el sótano fue por la misma razón. Había perdido algún cliente por defenderme, o por hacer que Nick me defendiera. En cuanto los hombres de "El Jefe" nos dejaban allí, yo cerraba los ojos y me olvidaba el lugar en dónde estaba. Con la vida que he tenido, he aprendido a simplemente olvidar. Pero hubo una vez que no pude olvidar.
Llevaba más de un día sin comer, "El Jefe" me había golpeado en la mañana y me encerró junto a Nick en la noche. Yo no podía parar de llorar. Mi vestido era tan ajustado, que mi respiración era entrecortada, y era tan corto, que sentía el frío de ese lugar hasta en mis huesos. Quería morir. Y Nick se dio cuenta:-Pequeñita, estás temblando.- me dijo, quitándose su chaqueta y situándola sobre mis hombros, mientras se acercaba para rodearme con sus brazos. Su tacto era lo más dulce que había sentido hace días, de hecho lo único dulce que había sentido en mi vida era gracias a él. -Nos han encerrado aquí centenares de veces y nunca has llorado. Sé que no le darías ese placer a "El Jefe". ¿Qué te sucede?
Él me conocía como a la palma de su mano:-Es que... mi vida es una basura. Míranos. Mira lo que somos. Soy una maldita prostituta y tú, quieras o no, eres un matón ¿Acaso estás bien con cada cosa que "El Jefe" te manda a hacer? ¿Estás contento con lo que eres?- una vez que dejé salir toda mi ira, algo que había querido decir hace mucho tiempo antes, vi como Nick bajó su mirada y la clavaba en sus palmas.
-Es que... گھاس, ہے algo que tú no sabes.
-¿Qué?- le pregunté sabiendo que mis palabras lo habían herido más de lo que yo pensaba.
-La razón por la cual no he mandado a "El Jefe" al demonio todavía.- que Nick no me mirara comenzaba a asustarme.
-¿Cuál es?- me atreví a preguntar. Él subió sus ojos y los clavó, ahora, en los míos. Su mirada era una nunca había visto en él. Pude divisar la tristeza pero había otra cosa que no pude reconocer.
-Tú eres mi razón para seguir viviendo cada día.- abrí la boca ante su confesión, pero no salió ningún sonido. Él siguió hablando:-Aunque yo sea fuerte, no puedo contra "El Jefe". Él tiene muchos más de su lado. Cada vez que debo realizar un trabajo, él me amenaza. Me amenaza con matarte. Y... pequeñita- Nick sujetó mis muñecas -No podría vivir conmigo mismo si algo te pasara por mi culpa.
Nick al fin hizo silencio. Un silencio en el que pude notar que lágrimas se habían formado en las esquinas de mis ojos.-Yo... no lo sabía.- fue todo lo que pude decir, con mi voz quebrada por la empatía. Él solo sonrió tristemente.
-No tenías que saberlo, pequeñita. Pero siempre estuve protegiéndote.- Y en ese instante, sucedió lo que no me permitió olvidar este momento. Nick se inclinó hacia adelante y rozando mi mejilla con su nariz, se acercó a mi oído y me susurró:-Yo te amo.- y se quedó inmóvil allí. Su calor invadía todo mi cuerpo y sentí el impulso de acercarlo más a mí, de abrazarlo y no permitir que nunca se fuera. Y fue así como yo lo tomé del rostro y le obligué a verme a los ojos:
-Yo también te amo, Nick- le dije con total seguridad. Nick había sido el único hombre en toda mi vida, que nunca me había lastimado. Y así, fue que lo besé. Fue el único beso en en cuál no desee haber estado en otro lado. Yo sólo quería estar ahí, con él. Lentamente, lo sujeté por el cuello de su camisa y quise, situar mi peso sobre él. Pero él me detuvo. Separó sus labios de los míos y aun sujetándome por las muñecas me dijo:
-No.
Yo lo observé, honestamente frustrada, pues no entendía lo que sucedía:-¿Cómo qué no? Nick... acabas decir que me amas y yo te amo a ti. No lo entiendo.- dije, sin notar que había bajado mi mirada. Él hizo que lo viera, subiendo mi rostro con suavidad.
-No puedo hacerte esto. No puedo tomarte en este asqueroso sótano. Eres mi pequeñita. Si va a pasar contigo, tiene que ser especial, así entenderás lo especial que en realidad eres.- y así, yo asentí sabiendo que él tenía razón.
-¿Qué hacemos ahora?- le pregunté.
-Te prometo que saldremos de esto. Buscaré la manera de escapar, así estaremos juntos. Los dos.- el brillo que sus ojos desprendían entonces, me robaron una sonrisa y esa noche, pude acurrucarme con él, fuera de sentir frío porque Nick me estaba protegiendo.
No supe exactamente qué estaba planeando para huir hasta una semana después. Una noche, después de la "distracción", Nick me vino a buscar como siempre y nos fuimos en el auto. Noté que no había tomado el mismo camino de siempre. Le pregunté adónde me llevaba y me dijo que había conseguido el dinero y que ahora estábamos marchando hacia otro país. Que sólo estábamos a un viaje de tren para completamente escapar de ese mundo horrible. Sonreí como nunca antes lo había hecho. O después. Fue una pena la existencia de los semáforos.
En el primer semáforo, fuimos detenidos por un gran grupo de hombres. En seguida, reconocí a uno de esos como los gorilas que rodeaban siempre a "El Jefe". Salió todo mal entonces. Nos sujetaron a ambos y "El Jefe" salió de un auto que estaba estacionado en el borde de la banquina. Era muy oscuro, no había nadie más que nosotros.
-Así que ustedes dos, pensaron que eran más inteligentes que yo- dijo "El Jefe" con un tono arrogante.-Pues gran error, porque parece que los encontré con las manos en la masa. ¿Qué haré contigo, preciosa?- me dijo a mí, acariciándome la mejilla, aprovechando que sus gorilas me tenían sujeta.
-¡No la toques!- gritó Nick, estaba en frente de mí, también sujeto.
-No seas estúpido. Ella aún es bonita. Me sirve. Pero tú- "El Jefe" se dio la vuelta para enfrentar a Nick -Ya no me sirves de nada. Me llevaré a la dama.- dijo, mientras hacía una seña para que me llevaran al auto de él -Y hombres- agregó dirigiéndose a los gorilas. -Hagan lo suyo.
-¡No lo hagas! ¡Maldito!- comencé a forcejear mientras escuchaba como Nick estaba siendo golpeado. Me metieron en el asiento trasero del auto y "El Jefe" no permitió que los gorilas entraran. Puso en marcha el auto y se alejó de ahí. Nunca olvidaré la expresión de Nick, siendo apartado de mí bajo esa horda de golpes. Tampoco olvidaré de la sensación de que mi corazón se estaba rompiendo en pedazos dentro de mi pecho. No. گھاس, ہے muchas cosas que no olvidaré jamás.
Cuando me cansé de gritar por Nick, horas ya habían pasado, llegamos a un hotel de cuarta. Él me llevó esposada, a una habitación y me arrojó en la cama.
-Ahora, niña. Haré algo para que no vuelvas a intentar escapar.- me dijo con un tono sombrío y pervertido.
-Haz lo que quieras, no me importa. Te odio y te odiaré siempre.- "El Jefe" me miró, enojado por mi rechazo hacia él.
-Ten cuidado con lo que dices, "pequeñita"- me dijo, burlonamente.
-¡No me llames así! ¡Sólo Nick me لاما así!- "El Jefe" se rió y su celular empezó a sonar. Lo atendió y no dijo nada, sólo escuchó. Lo observé colgar y buscar el control de la televisión, diciendo:
-¿Quieres ver las noticias?- y encendió la televisión. Sintonizó el canal de las noticias y observé horrorizada el titular "Joven golpeado fue encontrado hace unas horas." La relatora decía:
-Un muchacho, creemos que se llamaba Nick Terrance, por su identificación, fue encontrado golpeado e inconsciente en la banquina de la carretera principal. Fue llevado al hospital general municipal en grave estado y se desconoce la razón de...- "El Jefe" apagó el televisor.
-¿Ves lo que sucede cuando no me obedecen? Ahora, te quitaré las esposas y tú no lucharás.- yo estaba destruida, ni siquiera escuchaba las palabras que estaba diciendo. Lo último que vi, fueron sus asquerosas manos sobre mi cuerpo y luego todo fue oscuridad. Me había escapado a otro mundo otra vez. Cuando volví a la realidad, seguía siendo de noche, aunque no puedo asegurar que era la misma noche. En medio de la oscuridad, noté que "El Jefe" estaba en el baño, ya que la luz se filtraba por las hendijas de la desgastada puerta. Mi mente sólo se concentraba en una cosa. Nick. Tenía que ir a verlo.
Con el mayor cuidado, tomé las llaves del auto que estaban sobre la cajonera al lado de la cama y me senté en la misma. Revisé el cajón buscando algo que me ayudara y lo encontré. Había un revolver allí. Lo tomé también y me dirigí a la puerta. Intenté salir sin ser descubierta, pero escuché un fuerte ruido y sentí un dolor agudo en la parte baja de mi espalda. Cuando caí al suelo y vi mi sangre brotar, me di cuenta de que me habían disparado. Era la primera vez que recibía un disparo. "El Jefe" estaba parado en la puerta del baño, con otra arma en sus manos.
No puedo explicar exactamente lo que sucedió, pero en menos de un segundo, me aferré con todas mis fuerzas al revolver que yo había tomado y lo próximo que supe fue que "El Jefe" caía al suelo con un hoyo en la cabeza, muerto. Era primera vez que yo le disparaba a alguien. Corrí adolorida hacia el coche, desesperada y envuelta en un mar de lágrimas. El resto es simple deducción.
Ahora mismo, siento que mis pies son de plomo e intento ocultar a toda costa mi dolor. Casi llego a su habitación. Entro sin que nadie me vea. Observo su figura inmóvil, conectado a todos esos cables. Paso mi mano ensangrentada por su sábana blanca, sentirlo bajo mis dedos es simplemente glorioso en este estado. Observo los moretones en su hermoso rostro. Recuerdo que lo había visto bien hacia sólo un día. Probablemente, hace unas horas. Sé que me estoy muriendo pero no me importa. Me subo en la camilla y me acurruco junto a él, justo como todas aquellas noches en las que él me protegió. Deseo tanto que él se cure y que sea feliz. Ya no گھاس, ہے esperanza para mí, sólo la گھاس, ہے para él. Toda la esperanza que tengo la deposito en él. Siento su respiración débil y el calor de su cuerpo junto al mío. Lloro como nunca antes. Él se está despertando, pero yo estoy casi del otro lado, imaginando la vida que podríamos haber tenido. Una mucho mejor que esta. "¿Pequeñita?" oigo su voz, deshaciéndose en el aire. Él estará bien. Yo seguiré acurrucada a su lado, sumergiéndome en el fantasma de lo que nunca podrá ser.
Fin…
The دل has long been considered to be where feelings of love dwell.In love songs throughout the ages,love almost always goes together with the heart.The دل has continuously been viewed as the place where love begins and develops.Even the Bible gives quote to love and the heart.
The role of the دل in love must come from what happens to it when a person feels strongly attracted to someone.The strong feelings for the other person,especially in the early stages of a relationship,have the results that the دل starts beating faster and breathing starts speeding up.
According to psychologists,a love relationship is a situation that involves a lot of stress and the body reacts to this سے طرف کی getting ready to face the unknown.This has veen called the 'fight یا flight' reaction,meeting danger سے طرف کی fighting it یا running away.So with love,the دل accelerates and breathing becomes quick.
The role of the دل in love must come from what happens to it when a person feels strongly attracted to someone.The strong feelings for the other person,especially in the early stages of a relationship,have the results that the دل starts beating faster and breathing starts speeding up.
According to psychologists,a love relationship is a situation that involves a lot of stress and the body reacts to this سے طرف کی getting ready to face the unknown.This has veen called the 'fight یا flight' reaction,meeting danger سے طرف کی fighting it یا running away.So with love,the دل accelerates and breathing becomes quick.
now standing on last دن of سال
i look back and see smiles and tears
somedays it was new too
somedays our mailboxes were filled with greetings
greetings of arrival of 01/01/2011
دن سے طرف کی دن we got used to
night سے طرف کی night we got close
so many starts so many ends
so many left so many got friends
learnt so much taught so much
learnt to smile learnt to give
learnt to die learnt to live
with loads of hugs and kisses
bye bye 2011
اگلے time we'll say
"damn our دل still misses
THE 2011"
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.they wanted a longer مضمون :P
i look back and see smiles and tears
somedays it was new too
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greetings of arrival of 01/01/2011
دن سے طرف کی دن we got used to
night سے طرف کی night we got close
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with loads of hugs and kisses
bye bye 2011
اگلے time we'll say
"damn our دل still misses
THE 2011"
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.they wanted a longer مضمون :P
What do آپ want in life?,
That's a good سوال I've been asking since God knows when,
I'm a teenager,proudly
Being a teenager isn't that bad, believe me
It isn't like Christmas in for many years again...7 years,
7 good years,
Imagine...,
It takes the grace of God not to do anything rash that آپ would regret for the rest if your life.
Thinking,
Asking yourself the same question,#"How could I've been so stupid?"
Stupid? that doesn't qualify it,
Its مزید like a gigantic fool,
Sorry the bible told me not to use that word on humans,
I guess stupid would do then,
But I'm happy not to be stupid then'
Like I کہا it takes the grace of God,
What do I want in life?,
To be able to "dwell in the house of the Lord all the days of my life, to behold the beauty of the Lord and to en-quire in His temple"- Psalm 27:4
That's a good سوال I've been asking since God knows when,
I'm a teenager,proudly
Being a teenager isn't that bad, believe me
It isn't like Christmas in for many years again...7 years,
7 good years,
Imagine...,
It takes the grace of God not to do anything rash that آپ would regret for the rest if your life.
Thinking,
Asking yourself the same question,#"How could I've been so stupid?"
Stupid? that doesn't qualify it,
Its مزید like a gigantic fool,
Sorry the bible told me not to use that word on humans,
I guess stupid would do then,
But I'm happy not to be stupid then'
Like I کہا it takes the grace of God,
What do I want in life?,
To be able to "dwell in the house of the Lord all the days of my life, to behold the beauty of the Lord and to en-quire in His temple"- Psalm 27:4